lunes, 18 de febrero de 2013

Cuando se llega a los 80


La ancianidad, un buen momento para pensar en el futuro


Este es el testimonio de Malcolm Cowley, destacado escritor estadounidense quien, a sus 80 años, decidió hacer algunas reflexiones sobre los cambios que se han presentado en él. Es cierto que se ha escrito sobre la vejez, pero pocas veces desde el punto de vista de un anciano.

No basta con tener amplios conocimientos literarios y basarse en estadísticas y reportes médicos; hace falta saber qué es lo que se siente convertirse en una persona de edad avanzada.

El cumpleaños número 80 es un buen momento para pensar en el futuro no en el pasado. Las expectativas de la vida se reducen y la entrada a ese nuevo ámbito de la existencia constituye una experiencia nueva que debe ser aprovechada al máximo.


El nuevo octogenario se siente más fuerte que nunca cuando está sentado en una confortable silla, medita sueña, recuerda. No quiere que los demás lo interrumpan, le parece que la vejez es no más un “traje” del que los otros se apropian; la verdad, la esencia del ser no tiene edad. En un momento se levantará para caminar por el bosque, llevan una escopeta, o una caña de pescar si es en primavera. Entonces, sus huesos crujen al ponerse de pie, se encorva para mantener el equilibrio, y se da cuenta de que no hará nada o solamente un mensaje; “estas viejo”. La sociedad ha envejecido a los ojos de los demás y lentamente llega a compartir su juicio. Mi cabello esta más encanecido, debió haber sido en 1974 cuando un joven se levantó y me ofreció el asiento de autobús de la avenida Madison. Ese mensaje amable y también desolador.

Para algunos, envejecer es una razón para darse por vencido, abandonar toda esperanza y continuar únicamente existiendo en la tediosa espera del cercano final. No tengo derecho de culpar a aquellos que se rinden, ya que no me es posible ponerme en su lugar. Frecuentemente, ellos se ven impedidos por razones de peso, físicas y morales. No sufren solamente a causa de varias dolencias, sino también por el dolor de sentir que no tiene nada más por hacer dentro de la comunidad sus familiares y vecinos no les piden consejos, ni los escuchan cuando hablan, ni los solicitan si se requiere ayuda. Yo comprendo sus problemas, pero los hombres y mujeres que envidio son aquellos que aceptan la vejez como una serie de retos. Para esta clase de personas, cada una nueva adolescencia es un enemigo al cual se debe engañar con astucia es un obstáculos a vencer como fuerza de voluntad. Disfrutan cada pequeña victoria sobre sí mismos y veces obtienen un éxito mayor.

Poeta o ama de casa, hombre de negocios o maestros, cada persona de edad avanzada necesita un proyecto de trabajo si quien necesita un proyecto de trabajo si quiere mantenerse viva.

No obstante los ancianos constituyen la gran fuente de labor no utilizada dentro de la sociedad que los considera únicamente como consumidores no como productores. No quiero expresar quejas de la suerte de las personas mayores. Como grupo, formamos una memoria de desventajas, pero algunos somos mucho más afortunados que otros. Aunque vamos en el mismo barco, con boletos hacia el mismo destino, no disfrutamos del mismo “confort” durante el viaje.

Envejecer con dignidad y coraje no es una tarea fácil , no hace falta leer para aprender que al llegar a los 80 años los horizontes Comienzan a estrecharse.

Aquellos que han llevado una vida rica en acontecimientos, son recompensados con gratos recuerdos. Los que han amado, tienen mayor posibilidades de ser amados

Muchos de los viejos amigos han desaparecido y se difícil encontrar nuevos. Entretener a los visitantes o ir de visita llega ser problemático. Poco a poco las personas de edad avanzada se encierren en si mismas, poco a poco se mantiene ocupados únicamente por lo que pasa en su imaginación.
Para ellos, este aislamiento en una ocupación apropiada en periodo de vida. Es todavía su obligación compartir efectos y contribuir con el mundo tanto como sea posible pero también tiene la tarea de encontrar y reunir las piezas de su personalidad.




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